(información obtenida de internet)
Para acceder al mismo desde Almería, cogeremos la autovía de Adra hasta la variante de La Mojonera. Al llegar a la rotonda hay que atravesar el puente y coger la carretera del norte, hacia los primeros invernaderos, y se tuerce hacia la derecha en dirección al barrio de las Cantinas. Siguiendo el camino nos encontraremos el barrio de los Perichos, y continuando el camino justo al lado de una conducción de agua de cerámica nos encontraremos con el acueducto. Este es el final de su tramo, pero no tenemos más remedio que comenzarlo por aquí, ya que intentarlo desde su nacimiento nos resultaría mucho más complicado.
La conducción parte de un nacimiento natural en el fondo de la rambla de Carcauz, en el término municipal de Felix, que conduce el agua para su aprovechamiento en los regadíos de una gran finca llamada Casablanca, en el término municipal de Vicar.
El specus o canal por donde corría el agua, tiene una forma constante a lo largo de todo el recorrido. Este se monta en suelo plano sobre un lecho de 0,14 metros de obra enterrada y, en caso de ser terreno ondulado se le coloca un muro que lo mantenga con un metro de anchura sobre la que se apoya un canal que presente los muros de contención exteriormente a plomo y con un leve talud interior. Este canal ha sido restaurado, por lo que su recorrido se revoca con una capa superficial de cemento que pretende acentuar su consistencia e impermeabilidad.
El acueducto se adapta a los accidentes del terreno siempre que estos no alteren la mayor brevedad posible del recorrido, todo ello con la idea de la máxima economía en las posteriores obras de mantenimiento. Pero cuando hay que cruzar una vaguada de mayor envergadura, los arquitectos de Carcauz recurrieron a la construcción de tres grandes obras monumentales: el puente de los poyos, el puente por rematar, y el de los veinte ojos.
Ante la necesidad de cruzar de derecha a izquierda la rambla de Carcauz y aprovechando la disposición orográfica para su instalación se recurrió al desarrollo de un gran arco de diez metros de luz, cuyo intradós se sitúa a mas de trece metros de altura sobre la rambla y su culminación a unos dieciséis y medio, todo ello con una anchura constante de un metro. Aunque no se puede considerar un arco, en el sentido arquitectónico del término, pues no existe un sistema de dovelaje, sería mas correcto hablar de un muro que cruza la rambla con una parte inferior curvada por tradición y para permitir un mayor aforo bajo el mismo, y una cumbrera horizontal.
"El puente por rematar (o por acabar)"
Este puente es superior en longitud al anterior, con mas de treinta y cinco metros, haciendo un ángulo de 110º que le proporciona una mayor complicación. El acueducto pretendía evitar un rodeo en torno al barranco, para lo cual se creó una estructura formada por tres grandes arcos para permitir el paso del agua en época de lluvias, vanos que ocupan, incluyendo sus dos pilares, un espacio de unos diez metros de los mas de treinta y cinco que el puente supera entre ambas orillas.
Sobre estos arcos descansan diez pilares de planta rectangular sobre los que se supone iría otra estructura mas compleja donde descansaría el lecho y el canal del agua. Se desconoce el motivo del abandono de la obra, pues es difícil suponer una pérdida de funcionalidad, cuando el acueducto ha permanecido en activo hasta época actual. Lo que es cierto es que lo que en principio era sólo un desvío puramente circunstancial, se convirtió en obra definitiva.

El puente mas importante de este acueducto es el de los veinte ojos, nombre que lo recibe del número de vanos de que se dotó. De importante dimensiones, con cerca de 10 metros de altura y casi 40 de anchura. En la construcción de esta obra existen tres niveles claros; el nivel inferior incluye un arco único que permite que la corriente franquee el acueducto. En el segundo nivel se construyeron ocho pilares de planta rectangular sobre los que se fraguaron ocho arcos a una altura similar, aunque en el eje central se realizó uno más intermedio, aunque si superar el conjunto la altura de los restantes. Finalmente sobre dicho nivel se fraguaron diez arcos, y sobre estos se sitúa el lecho y el canal.
Al final de nuestro recorrido nos encontramos con la balsa del molinero que es la balsa de acumulación del acueducto. Es un depósito descubierto, de planta trapezoidal que con el barro que alberga y la limita supera el millón y cuarto de litros.
De esta obra arquitectónica en plena Sierra de Gádor, tenemos noticia por primera vez en el "Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar", de Pascual Madoz, quien enumerando los límites de la Diócesis de Almería señala dentro de la sucesión de los diversos mojones, el acueducto romano por Casablanca. Algunos autores proponen que es romano, tanto por su técnica constructiva como por el hecho de que la existencia de obras hidráulicas de esta entidad en época romana, rodeado además por zonas exteriores densamente habitadas en dicho periodo, tanto en el valle del río Adra, Abdera en su desembocadura y Vergi hacia su interior, junto a las localizaciones romanas de la zona oriental en el valle del río Andarax en Pechina, El Chuche, Quiciliana, La Calderona, etc.
Estos autores no tienen certeza de la fecha de su realización, comprendiendo desde el siglo I d.C., por su similitud con el de Almuñecar, y el siglo III d.C. que es el de Pineda (Barcelona) que también guarda similitudes formales con el de Carcauz. La ausencia de materiales en la zona, fundamentalmente cerámicos, y el silencio acerca de hallazgos hacen imposible una datación exacta.
Otros autores se inclinan por decir que es una construcción moderna, en concreto del siglo XVIII.

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